Cuando hablamos de retos de las mujeres, no podemos dejar de lado la esencia femenina que va más allá de la orientación o preferencia sexual y que la entendemos como toda esa psicología de la mujer que implica su biología, su cuerpo, su visión y relación con el mundo y con los negocios familiares que lideran, que determinan un modo de ser distinto al de los hombres que también lideran negocios familiares.
Con este preámbulo queremos comenzar a contarte los retos que nos han expresado algunas mujeres que llevan las riendas de sus negocios familiares, sin que el orden tenga que ver con su importancia.
Reto 1: Llevar las riendas del negocio con autoridad.
Percepción: Sin importar la formación o preparación que tenga y muchas veces pasando por alto su experiencia, dentro del mismo grupo familiar se presentan resistencias para acatar sus normas y criterios.
Al parecer, quienes integran el negocio familiar esperan que la mujer conserve una actitud maternal y comprensiva desde la cual lidere el negocio tal y como es en su ambiente familiar.
La autoridad de la mujer es más susceptible de ser cuestionada, criticada, continuamente evaluada y puesta a prueba constantemente. Parece ser que no se da por sentada sino que hay que ganarla.
Superar este reto requiere, entre otros aspectos, que las mujeres tengan muy claro no solo sus propósitos, estrategia y objetivos enfocados en el negocio familiar; sino también, estrategias para formar alianzas en lugar de desgastarse en luchas de poder y en demostraciones de superioridad sin sentido.
Ten presente que la autoridad se gana no solo con conocimientos sino con coherencia y consistencia, entre lo que se piensa se dice y se hace.
Reto 2: Afrontar malos hábitos y algunas feas costumbres.
¿Te lo imaginabas?
Percepción: Algunas de las mujeres que lideran negocios familiares se han tropezado al momento de organizar y poner orden en lo laboral, con costumbres y malos hábitos que han tenido en la vida familiar y que ahora los familiares tienden a mantenerlos dentro del negocio familiar, apoyados en una idea de comodidad y confianza que les da trabajar con la familia.
Por ejemplo: Impuntualidad, incumplimiento de lo prometido, comer en cualquier momento o lugar, presentación física inadecuada o descuidada, formas de relación a través de apodos, motes o sobrenombres acostumbrados entre familia, atribuciones como charlar por teléfono o revisar redes sociales en las horas laborales, resolver conflictos y problemas familiares en el entorno del negocio familiar, visitas de amigos al lugar de trabajo, falta de formalidad, etc.
Parecen dificultades sencillas que con solo un llamado podrían superarse, pero la verdad es que es un gran desafío lograr que quienes hacen parte del negocio familiar asuman de manera integral el rol laboral que cumplen sin que se sientan ofendidos o humillados.
Superar este reto requiere de ti como mujer y líder, establecer reglas claras desde un comienzo. No supongas nada y expresa de manera explícita qué comportamientos son los adecuados y cuáles no, de acuerdo al rol que cada familiar desempeña en el negocio.
Convendrá siempre explicar las razones y el sentido de algunas reglas a fin de que tu autoridad no sea confundida con autoritarismo.
Reto 3: Superar el miedo de que el liderazgo dañe la relación con la familia.
Percepción: Con todas sus cualidades y capacidades, algunas mujeres se lo piensan dos veces antes de hacerse cargo de un negocio familiar, pues temen resultar enredadas en conflictos con sus padres, hermanos, hijos, abuelos, amigos, esposo; relaciones que para casi todas las mujeres son igual de importantes o significativas a las de su rol profesional y laboral.
Las mujeres buscamos equilibrarlo todo como maromeras del circo del sol, pretendemos que todos estén bien y se sientan bien; queremos tener conformes a todos, especialmente a los de nuestra casa.
No dejamos de relacionar el éxito de un negocio con la unidad familiar y por eso seguramente nos cuesta pasar de los muchos roles familiares, en los que unas veces somos mediadoras y conciliadoras, a otros donde tenemos que ejercer menos consenso y más autoridad.
Algunas mujeres escuchan: “es que el cargo se le subió a la cabeza”, “ya se cree con muchas ínfulas”, “piensa que es mejor que nosotros”, “aprovecha para humillarnos”, frases que tristemente no vienen de extraños sino de los más cercanos y que precisamente representan lo que muchas mujeres quieren evitar.
Sinceramente pienso que si estás ahí, en ese lugar, liderando, llevando las riendas de un negocio familiar; es porque ese tipo de frases y comentarios te pasan por el lado. Sin embargo también te pueden estar diciendo mucho.
Superarás este reto visualizando el tipo de líder que deseas ser, el que tu negocio y familia necesitan.
Tus propias inseguridades y complejos no resueltos se proyectarán en tu liderazgo, por lo que debes estar muy atenta a lo que estás transmitiendo a los otros.
No olvides que tú le imprimes energía a ese negocio familiar que lideras.
Reto 4: Ser una líder objetiva, neutral y al mismo tiempo apoyar a tu familia.
Lo sé. Sé que no es precisamente un reto para la mujeres, por eso te dije al comienzo, que hablar de un reto para las mujeres implica comprenderlo desde la esencia femenina.
Percepción: Este reto tiene que ver con el dilema que es para muchas mujeres trabajar con algunos miembros de su propia familia que por alguna circunstancia o razón encuentran en el negocio familiar una solución a su problema, un refugio, un apoyo a su difícil situación personal, laboral o económica.
Parientes que por cuestiones netamente familiares son vinculados o hacen parte del negocio, pero no tienen ni las aptitudes ni las competencias para desempeñar un rol con eficiencia.
Este choque de intereses preocupa especialmente a las mujeres que se sienten con la obligación moral de pensar en la prosperidad del negocio y sobretodo en el bienestar de su familia. En evitarle angustias a los abuelitos, en ubicar al sobrino vago, en ocupar el padre jubilado, ayudarle al hermano desempleado…
Para superar este reto debes haber superado el primero y el tercero de esta lista. Además, debes formalizar los roles o los cargos dentro del negocio familiar para que no se conviertan en la primera trinchera ante las dificultades en la vida de tus familiares.
Cuando se establecen claramente los roles y se definen los cargos de acuerdo a sus responsabilidades y competencias, todos los familiares, dentro o fuera del negocio familiar se percatarán de que hay un orden, una formalidad y que cualquiera no hace cualquier cosa.
Tú eres única, no hay dos como tú. Así mismo no hay dos familias iguales. Por eso cada mujer que lidera un negocio familiar tiene sus propios retos.
Conocer tu familia te será imprescindible al momento de liderarla, porque reconocerás los caminos para llegar a ella e implementar los cambios que se necesitan para trascender como negocio familiar, con más persuasión y menos drama.
Estos 4 retos son algunos que han resultado comunes entre mujeres que lideran negocios familiares a las que hemos entrevistado. Tú como mujer seguramente los comprenderás aunque no te identifiques con todos.
Todo reto trae consigo un aprendizaje y una acción para superarlo. Por eso recuerda:
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