Quizá te sorprenda que los negocios propios conformados por familiares, aunque sólo sean 2 o 3 personas que trabajen en él, se acaben más por la dificultad al relacionarse que por los resultados económicos del mismo negocio.
La realidad es que las parejas o los familiares que un día deciden unir esfuerzos y trabajar juntos por un negocio en común, no formalizan esta nueva relación a nivel laboral, y van improvisando la forma de balancear el plano familiar y profesional a medida que pasa el tiempo.
Algunas se ajustan, se complementan y tienen éxito conformando un negocio familiar estable y perdurable.
Pero otras mueren en el intento.