Liderar en una empresa es un desafío, especialmente para las mujeres que enfrentan obstáculos únicos debido a percepciones culturales y expectativas sociales con relación al liderazgo femenino.
Por eso queremos compartirte 3 errores comunes que hemos identificado, cometen las mujeres que lideran y la forma en que consideramos, pueden ser corregidos:
Error No. 1: No establecer una autoridad clara y consistente.
En algunos entornos laborales las mujeres enfrentan resistencias y oposiciones cuando intentan ejercer autoridad en la empresa.
Algunas veces tiene que ver con el contexto cultural en el que se mueve y, muchas veces esta resistencia es expresada de manera directa, o a veces de manera disimulada.
Una causa que queremos mencionar, es la expectativa cultural-familiar; en la que se cree que las mujeres debemos mantener siempre una actitud maternal y comprensiva, lo que puede debilitar su autoridad en entornos empresariales, haciéndola susceptible a críticas y a cuestionamientos constantes.
Aunque la mujer que lidera no esté consciente o no comparta esta expectativa, hemos identificado que de alguna manera sí afecta la forma en que ejerce su autoridad.
Por lo regular opta por polarizarse, volviéndose un tanto dominante y autoritaria o siendo demasiado condescendiente.
¿Cómo corregir este error?
Es fundamental que una mujer que lidera:
- Tenga claro su propósito, estrategias y objetivos de su equipo y también tener muy claros los de la empresa.
- No se desgaste en luchas de poder; en lugar de ello debe centrarse en formar alianzas y en identificar y fortalecer los intereses en común.
- Recuerde el poder de la congruencia, la autoridad no solo se gana a punta de conocimientos sino también con la coherencia entre lo que piensa, dice y hace.
- Comunique persuasivamente, desplegar su poder comunicativo para afianzar su presencia como líder y autoridad. Una comunicación eficiente le facilitará establecer expectativas claras desde un principio ayudándola a consolidar su autoridad.
Error No. 2: No corregir malos hábitos o “costumbres laborales”
En realidad, muchas mujeres líderes enfrentan el desafío de poner orden en sus equipos de trabajo, debido a costumbres y malos hábitos de sus colaboradores.
Por ejemplo la impuntualidad, la informalidad, la mezcla de asuntos personales con asuntos laborales, etc.
En algunas empresas estas costumbres y malos hábitos, se han ido incorporando poco a poco como parte de su cultura empresarial, por lo que a las mujeres que lideran les cuesta enfrentarse a esas formas de comportamiento que se han normalizado.
Realmente no quieren “que el mundo se les venga encima”.
Otras sienten que deben ser flexibles y condescendientes en aras de mantener la armonía y la cohesión con su equipo.
Otras se dejan llevar por su empatía y ponen en consideración los factores personales que pueden estar detrás de estos comportamientos.
Para las mujeres líderes que enfrentan esta clase de desafío y que han cometido el error de no corregirlo y dejarlo pasar; es importante que tengan en cuenta:
- Cualquier momento es oportuno para establecer o volver a establecer reglas claras. Lo ideal es hacerlo desde el comienzo de su liderazgo; pero si no fue así, una manera de hacerlo es volver a establecer las reglas de forma clara y explícita.
- No suponer que los colaboradores saben las expectativas que tanto tú como los otros directivos tienen sobre ellos. Al colaborador se le comunica de forma clara y asertiva lo que se espera de ellos tanto en su trabajo como en su comportamiento.
- Para que la comunicación sea más efectiva en estos casos, es estratégico que la líder explique las razones detrás de las reglas y normas de comportamiento, de tal manera que tengan sentido para ellos(as) y no crean que son por sus caprichos o su “mala vibra” o que las normas son por su gusto.
- Sería conveniente y muy profesional que se implementen políticas de comportamiento que sean cumplidas de manera consistente y se involucren todos los líderes de la empresa.
Error No. 3: Miedo a que el liderazgo dañe las relaciones personales.
Algunas mujeres temen que liderar pueda dañar o afectar negativamente sus relaciones personales y este temor puede llevarlas a evitar tomar decisiones difíciles o a no ejercer su autoridad de manera efectiva, lo que sí puede perjudicar tanto a su equipo como a sus resultados.
Para evitar este “error” y no actuar desde el miedo o el temor se debe tener en cuenta:
- Identificar qué tipo de líder desea ser y cuál es el tipo de liderazgo que requiere la empresa.
- Tomar consciencia y abordar las propias inseguridades y bloqueos personales que se están proyectando en el liderazgo.
- Aclarar el rol distinguiendo lo profesional de lo personal.
- Emplear la comunicación como una poderosa herramienta de liderazgo, al comunicar de manera efectiva y asertiva sus decisiones laborales, podrá desaparecer su miedo a dañar una relación.
Son tres errores frecuentes necesarios de hacer conscientes y superar, para fortalecer el liderazgo de la mujer en el ambiente corporativo y continuar aportando a él desde su visión y perspectiva de mujer.
¿Has cometido alguno de estos errores? Compártenos en los comentarios.
Que pases un excelente día.
Con amor,
Claudia y Mónica
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